Centaurus (el Centauro), es una extensa constelación austral que se encuentra al norte de Crux y en el extremo norte de la Vía Láctea. Rodea la Cruz del Sur formando una de las más ricas asociaciones celestiales.

En esta constelación se encuentra Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sistema Solar, situada a sólo 4,243 años luz de distancia. Es una enana roja de tipo espectral M5.5Ve cuya luminosidad equivale al 0,17 % de la luminosidad solar. Aunque su luminosidad es muy baja, es una estrella fulgurante que sufre espectaculares aumentos de brillo debido a la actividad magnética. Se conoce la existencia de dos planetas en torno a Próxima Centauri; el más interno tiene al menos 1,18 veces la masa terrestre y completa una órbita cada 11,2 días. El más externo, con una masa siete veces mayor que la masa terrestre, es de tipo "supertierra" o "minineptuno" y tiene un período orbital de 1928 días.

α Centauri, tercera estrella más brillante del cielo nocturno, es una binaria a la que Próxima Centauri parece estar gravitacionalmente ligada. Las dos estrellas que forman α Centauri son una estrella análoga solar de tipo G2V llamada Rigil Kentaurus y una enana naranja llamada Toliman.

β Centauri, oficialmente llamada Hadar, es otra estrella en la constelación de primera magnitud. Es un sistema estelar triple formado por tres estrellas blanco-azuladas. La componente principal, a su vez una binaria espectroscópica, está catalogada como gigante de tipo B1III; alrededor de ella, la tercera componente del sistema completa una órbita cada 357 años.

En Centaurus se localiza uno de los objetos peculiares del universo, la Nebulosa Boomerang, una protonebulosa planetaria cuya temperatura es de tan sólo 1 K (−272 °C), la temperatura más fría que se ha registrado fuera de un laboratorio. Es el único objeto conocido con una temperatura inferior a la radiación de fondo de microondas.

Entre los cúmulos estelares existentes en la constelación sobresale Omega Centauri (NGC 5139). Este cúmulo globular ya fue registrado por Ptolomeo, siendo redescubierto por Edmond Halley en 1677, quien lo identificó como objeto no-estelar. Se estima que contiene unos diez millones de estrellas y una masa total equivalente a cuatro millones de masas solares. Es, además, el cúmulo globular más grande y brillante de la Vía Láctea, así como el cúmulo globular más luminoso de nuestra galaxia, siendo su luminosidad más de un millón de veces mayor que la del Sol. Centaurus cuenta también con dos cúmulos abiertos: NGC 3766 o cúmulo de la Perla, un cúmulo relativamente joven (tiene una edad estimada de 14,4 millones de años) y se encuentra a unos 5700 años luz de la Tierra. Y el NGC 5460, un cúmulo poco denso distante 2300 años luz.

En esta constelación se pueden observar numerosas galaxias, entre las que destaca Centaurus A (NGC 5128), la quinta galaxia más brillante del cielo y una de las radiogalaxias más cercanas a la Tierra. No existe consenso en cuanto a lo lejos que está: diversas fuentes la sitúan a una distancia comprendida entre 11 y 15 millones de años luz. En su núcleo hay un agujero negro supermasivo que expulsa chorros masivos de materia que emiten ondas de radio debido a radiación sincrotrón. Se piensa que en el pasado Centaurus A se fusionó con, al menos, una galaxia espiral.

En el límite entre esta constelación y Circinus, cerca de α Centauri, se pudo observar a finales del año 185 una supernova hoy denominada SN 185. Registrada por astrónomos chinos el 7 de diciembre de aquel año, se piensa que es la primera supernova de la que se tiene un registro histórico.

Según la mitología griega, Zeus decidió matar a Ixión, rey de Tesalia, para que pudiera vivir entre los dioses y así superar la tortura mental que sufría por haber matado a su suegro. Sin embargo, lejos de estar agradecido, Ixión trató de seducir a Hera. Zeus se dio cuenta y formó una Hera hecha de nubes: Néfele. Ixión se acostó con ella y nació Kentauros, un ser con las patas y el cuerpo de un caballo y la cabeza, los brazos y el torso de un humano. Kentauros engendró con unas yeguas los Centauros. Esta raza no respetaba las leyes de hospitalidad, ni se regía por las reglas de convivencia pacífica. Las únicas excepciones fueron Folo y Quirón.

Quirón fue mentor de varios héroes, como Áyax, Heracles, Aquiles, Jasón y Teseo. Según relata Eratóstenes, Quirón murió accidentalmente al ser alcanzado por una flecha de Heracles que contenía veneno de la sangre de la Hidra de Lerna, por lo que Zeus, en honor a Quirón, le dio un lugar entre las constelaciones.

Los Hadarianos son un grupo raro de almas. En la Tierra, muchas de estas almas tuvieron que enfrentar numerosas pruebas y tribulaciones debido a que son diferentes a la mayoría de los humanos. Alpha Centauri es la segunda estrella más brillante ubicada en la constelación Centaurus y se encuentra a 390 años luz de la Tierra, y Beta Centauri, un sistema estelar triple, es el hogar de las almas Hadarianas.

Para el pueblo Ngarrindjeri en Australia, alfa y beta se veían como dos tiburones persiguiendo una raya. Los polinesios del Pacífico sur utilizaban las estrellas como puntos de referencia para navegar por los océanos. En Perú, Alpha y Beta Centauri son los ojos de un gigantesco llama. En África, llevan el nombre de dos hombres que una vez fueron leones.

Las semillas estelares de Hadar pueden tener muchas características físicas diferentes, y esto dependerá de la región del mundo en la que nacieron, así como de otros factores que no se pueden explicar. En general, los Hadarianos tienden a no tener cabello o tener muy poco cabello. También suelen tener cabezas más alargadas y, por lo general, una tez más clara. Una de las características físicas más destacadas de los Hadarianos son sus ojos, que pueden tener diferentes colores en cada ojo.

Lo que vemos en el caso de los Alfa Centaurianos es que tienen rasgos físicos extremadamente parecidos a los humanos o humanoides. En muchos aspectos, son muy similares a nosotros en muchas formas, aunque en promedio son más grandes que nosotros.

También observamos que tienen una piel muy fina que generalmente es blanca, junto con cabello blanco fino, casi como de elfo. Y, al igual que la mayoría de otros seres celestiales humanoides no terrestres, los Alfa Centaurianos también tienen ojos ligeramente más grandes y redondeados que vienen en todos los colores, que van desde el gris hasta el azul.

Los Hadarianos son los más raros de todos los tipos de semillas estelares. Estas almas nacen con una comprensión innata y la capacidad de utilizar energía de otras dimensiones de una manera que no es posible para ningún otro tipo. Esto los convierte en poderosos sanadores, pero también en personas muy sensibles que necesitan protección.

Por lo general, los Hadarianos poseen el don del amor incondicional porque su planeta de origen estaba lleno de este don divino. Sin embargo, si eres parte del grupo de almas Hadarianas, es probable que desees recibir tanto amor incondicional como sea posible y no solo darlo, lo que puede llevar a sentimientos de culpa y drama en tu vida. Algunos Hadarianos se han vuelto tan sensibles que no pueden manejar ninguna negatividad en su entorno porque es demasiado abrumador para ellos procesarla o evitarla. Requiere mucho esfuerzo para las personas que los rodean mantener un ambiente que se sienta lo suficientemente seguro para que estos individuos existan y funcionen.

Para ayudar a los Hadarianos a sentirse más enraizados, es beneficioso que pasen tiempo en la naturaleza y cerca de animales, que emanan la energía del amor incondicional. Estar cerca de estas fuentes puede ayudar a aliviar parte de su sensibilidad, al tiempo que eleva y cura su espíritu. Por lo tanto, es necesario que encuentres un buen equilibrio entre proyectar la energía del amor incondicional y aceptarla también.

Los Hadarianos son semillas estelares del amor. Su planeta, Hadar, estaba lleno de amor incondicional y están devolviendo ese amor aquí en la Tierra, un planeta de dualidad, condición y separación.

La única forma de ayudar a este planeta es entender el amor para después dárselo. Hay momentos en los que das mucho amor y esperas lo mismo a cambio. En la Tierra debes tomar el tiempo para comprender mejor a las personas.

No debes enojarte con las personas ni adoptar una mentalidad de víctima. Sin embargo, cuando superes este desafío, podrás perseverar y vivir tu vida con amor, energía y fe.