Tauro o Taurus es una constelación que se destaca en el cielo invernal, entre Aries al oeste y Géminis al este. Al norte se encuentran Perseo y Auriga; al sureste Orión, y al suroeste Eridanus y Cetus.

En el zodíaco es el segundo signo. Como tal, en la Antigüedad contenía la constelación del mismo nombre, pero la precesión de los equinoccios ha hecho que el signo de Tauro se encuentre ocupado por la constelación de Aries.

Actualmente el sol brilla sobre Tauro entre el 14 de mayo y el 21 de junio.

Aldebarán (α Tauri), la estrella más brillante de la constelación, es una gigante naranja de primera magnitud.

El nombre Aldebarán proviene del árabe الدبران, cuyo significado es “la que sigue”, en referencia a que esta estrella sigue al cúmulo de las Pléyades en su recorrido nocturno a través del cielo.

En varias estrellas de la constelación se han descubierto sistemas planetarios. HD 37124, por ejemplo, es una subgigante o enana amarilla de tipo G4IV-V con tres exoplanetas.

Tauro también contiene dos de los cúmulos abiertos más conocidos del firmamento.

El primero de ellos, las Pléyades (M45), es uno de los cúmulos estelares más próximos a la Tierra y sus principales componentes (Alcíone y Atlas).

El otro cúmulo, las Híades, consta de 80 estrellas y está a 153 años luz de distancia, por lo que es el cúmulo estelar más próximo a la Tierra.

En la mitología griega, Tauro es la forma de toro que el dios Zeus adoptó para seducir a Europa, una mítica princesa fenicia.

Tuvieron tres hijos: Minos, el legendario rey de Creta, Sarpedón y Radamantis.

Otra versión nos dice que fue la bestia que envió la diosa Hera para acabar con Orión.

También hay la versión donde Tauro es Ío convertida en vaca por su amante Zeus para evitar que Hera se enterase de sus amores.

Según otra, se trata del Toro de Creta. Este toro es el que Poseidón hizo salir del mar cuando el rey Minos prometió ofrecer un sacrificio al dios; pero Minos lo encontró tan esplendoroso que lo incorporó a sus rebaños como semental en vez de sacrificarlo y el dios, enfurecido, hizo que la reina Pasífae se enamorara del animal y concibiera de él un híbrido, el Minotauro.

La estrella Aldebarán se encuentra a solo 65 años luz de nosotros y es una parada bien conocida para innumerables viajeros galácticos.

Alberga una puerta de entrada a un sistema de portales que permite el viaje interdimensional, interestelar e intergaláctico.

Tiene una conexión directa con Antares, al otro lado de la Vía Láctea, y, por lo tanto, es uno de los pocos lugares comunes de encuentro para federaciones intergalácticas, altos consejos de luz, y la federación galáctica de mundos.

Aldebarán es considerada una de las cuatro estrellas Reales de la Persia, juntamente con Antares, Fomalhaut y Regulus.

Estas estrellas estaban en los puntos de los equinoccios y solsticios en el año 3000 a.C. y por ello han sido llamadas de estrellas Reales por los astrólogos de la época.

Esta estrella era considerada la guardiana del este y está asociada al Arcángel Miguel, quien actúa en el Rayo Azul. Además, esta estrella fija tiene una energía militante, guerrera, protectora y heroica.

Algunos de los ancianos de Aldebarán parecen majestuosos.

Sus cuerpos aún tienen un parecido leonino en su estatura, pero sus espaldas son más largas y rectas.

Tienen pelaje blanco o dorado fino, a veces visten túnicas largas, y algunos de ellos tienen alas.

Muchas semillas estelares de Aldebarán están guiadas para sanar heridas ancestrales en sus líneas de ascendencia y ayudar a otros a hacer lo mismo.