Escorpio (el escorpión) es una de las 88 constelaciones modernas. Antiguamente esta constelación se representaba unida a la que hoy se conoce como Libra. Las estrellas que hoy se conocen como alfa y beta Librae representaban las pinzas sur y norte del escorpión, lo que les dio su nombre actual: alfa Librae es Zubenelgenubi (pinza del sur) y beta Librae es Zubeneschamali (pinza del norte). Representado de esta forma, el escorpión colgaba apacible.

La estrella principal de la constelación es α Scorpii, conocida como Antares, una fría supergigante roja que forma un sistema binario con una estrella blanco-azulada. El nombre Antares se debe al color rojo que en la antigüedad la asoció mitológicamente con Marte (Ares). Se creía que, por su parecido con este, ambos eran rivales, por lo que se le dio el nombre de “rival de Ares”: Anti-Ares o Antares.

La segunda estrella más brillante de Escorpio es Shaula (λ Scorpii), un sistema estelar con al menos tres componentes.

Alrededor de la componente principal, catalogada como subgigante, orbita una acompañante de naturaleza desconocida, que bien podría ser una estrella T Tauri, y una tercera componente de tipo B2.

En esta constelación se sitúa la nebulosa planetaria NGC 6302, llamada también Nebulosa de la Mariposa. Distante unos 4000 años luz, es una de las nebulosas planetarias más complejas que se conocen. Su estrella central es uno de los objetos más calientes del universo, con una temperatura superior a 250 000 K, que no ha podido ser observada al estar rodeada de un denso disco ecuatorial de polvo y gas que la oculta en todas las longitudes de onda.

El origen de la constelación se encuentra en la leyenda de Orión. Según una de sus versiones, Orión el cazador se sacó los ojos en un arrebato de celos, y mientras vagaba ciego por el mundo pisó un escorpión que lo picó con su aguijón, provocando su muerte.

Los dioses elevaron a Orión y al escorpión a los cielos colocándolos en extremos opuestos de la bóveda celeste, de forma que cuando Escorpio sale por el horizonte, Orión se oculta huyendo del animal que causó su muerte.

Una versión más amplia sugiere que Orión intentó violar a Artemisa, puesto que esta se encontraba cazando en medio del bosque cuando fue vista por el gigante Orión y Artemisa en su afán de defenderse reclamó la ayuda de un escorpión, este picó al gigante mortalmente y la liberó, razón por la cual la diosa Artemisa lo colocó en el cielo.

Antares es considerada una de las cuatro estrellas Reales de la Persia, juntamente con Fomalhaut, Regulus y Aldebarán. Estas estrellas estaban en los puntos de los equinoccios y solsticios en el año 3000 a.C. y por ello han sido llamadas de estrellas Reales por los astrólogos de la época. Esta estrella era considerada la guardiana del oeste y está asociada al Arcángel Uriel, quien actúa en el Rayo dorado.

Durante la separación de la Vía Láctea de la Galaxia de Andrómeda se creó la Puerta Estelar de Antares con el intuito de conectar estas dos galaxias. A través de este portal, muchas entidades etéricas (no físicas) de la Galaxia de Andrómeda llegaron a la Vía Láctea para iniciar la nueva experimentación cósmica en una realidad más física. Antares es 87 200 veces más grande que la Tierra y está ubicada más cerca del Gran Sol Central en el Centro Galáctico.

Antares es un centro de despertar espiritual, y sus seres actúan como protectores hasta el final de este ciclo galáctico. Los Antarianos se benefician al transmitir y recibir información de la Tierra, ya que están en proceso de transmutar energía en algunos planetas que están bajo su cuidado. En la constelación de Escorpio hay varios planetas similares a la Tierra, algunos de los cuales también están en proceso de Ascensión.

Antares es el lugar de uno de los puntos de encuentro del Consejo Galáctico, donde los líderes del consejo de todas las principales razas estelares colaboran, unidos en paz y amor en un proceso de cocreación del Proceso de Ascensión de la Galaxia de la Vía Láctea.

A través de este portal, llegaron a la Vía Láctea muchas entidades de densidades superiores e inferiores de la Galaxia de Andrómeda. Algunas benevolentes y, desafortunadamente, también algunas entidades malévolas ingresaron a través de este portal, como los seres Gnomopo del planeta llamado NEGUMAK en el sistema Antariano.

Ellos son depredadores insectoides altos y aterradores que se sabe que son una de las razas más antiguas y aterradoras de nuestra Galaxia. Incluso las razas Draconiana y Reptiliana los temen. Puedes encontrar más información sobre ellos en el libro de Elena Danaan, "El Regalo de las Estrellas" ("The Gift From The Stars").

Antares también es el hogar de entidades de dimensiones superiores, tanto físicas como no físicas, y algunas almas, al encarnar físicamente, eligen pasar a través de la puerta de Antares para reactivar la memoria del alma. Los Antarianos suelen ser seres estelares de la 5ª a la 7ª Dimensión y son en su mayoría una raza estelar no física en este momento, aunque se cree que alguna vez fueron seres físicos que habían visitado la Tierra en tiempos antiguos.

Los Antarianos son los guardianes de la puerta de acceso a los Reinos/Dimensiones Superiores y ayudan a facilitar la transición de las almas hacia estados superiores de conciencia.

Estos seres son maestros guerreros de la Luz, siendo su energía poderosa e intensa y a veces más complicada de traer a la Tierra, ya que pocos habitantes terrestres están conectando con ellos.

En Antares también hay una especie humanoide asociada con bases subterráneas en la Tierra, bajo la Antártida, y relacionada con razas de piel clara, cabello rubio y piel casi azulada.

También se dice que algunos pueden tener cualidades reptilianas, con hendiduras en lugar de pupilas regulares y colores de ojos que van desde el amarillo pálido hasta el verde brillante, similares a los ojos de gatos o serpientes.

El sistema estelar de Antares también es el hogar de una de las razas más magníficas de nuestra Galaxia, los N'Torii, del planeta N'Tora (también llamado "Endora").

Son hermosas entidades extra dimensionales de densidades 9ª y 11ª, que nunca abandonan físicamente su planeta, pero viajan mucho utilizando la resonancia Inter dimensional de la conciencia.

Su estructura se basa en la forma humanoide, pero es puramente etérica. Hay muy pocas razas en esta galaxia que han alcanzado tales niveles de evolución. Ellos han dirigido su atención a la Tierra, con el deseo de ayudar a las fuerzas de la luz y a la evolución de los colectivos de la Vía Láctea.

Estos seres se manifiestan como una luz brillante con filamentos de sustancia etérica danzando alrededor de un cuerpo humanoide alto y brillante, con ojos parecidos a cristales. Ayudan a la Federación Galáctica de Mundos en elevar y limpiar la red de nuestro planeta.

Sus naves etéricas y relucientes siempre son asombrosas de ver, son naves ligeras discoidales en movimiento.